Este espacio en [de]construcción es un registro de cuerpas asesinadas en la crueldad que la heterosexualidad como régimen político detenta para ciertas existencias.

Travas, tortilleras, maricas, tomboy, prostitutæs, mujeres trans, mujeres estigmatizadas, trabestias, racializadas, migrantas, monstruas, cuerpas mutantas, que ya no están.

Aquí hay muertas, maravillosas existencias, quitadas de la vida por los eternos envidiosos de su maravillosidad. Hay muertæs bilipendiadas por la prensa y la sociedad, de esæs que desbordan los márgenes de la pacificación forzada de estos tiempos y que son auto-responsabilizadas por los asesinatos, agresiones y vejaciones que se les cometieron.

Aquí hay muertas, estigmatizadas porla normalidad que procrea constante distintas formas para intentar controlarnos, para intentar aniquilar y desposeernos de la potencia de nuestras rarezas y capacidad de singularizar.

Aquí hay muertas, asesinadæs, a quienes matan no sólo para quitar una vida, sino como método para expropiarnos a muchas, la capacidad de intentar otras vidas posibles fuera de las trazadas por el deseo de normalidad.


Este espacio es al mismo tiempo un archivo, un homenaje, un memorial. Es también otras cosas... tal vez un vómito, un canalizador, una tormenta de lágrimas poderosas. Es un llamado al recuerdo, un aullido de guerra a la guerra, un entramado de historias de læs desterradæs de la Historia oficial. Es un latido de memoria, una llamada a no dudar de lo que presencian nuestros sentidos cuando percibimos el exterminio que nos rodea, una maldición a quienes nos han puesto las manos encima para dañarnos. Aquí en este espacio cubierto de muertæs, no hay hechos aislados.



Y Hay tantas y quisiera nombrarlas a todas, no olvidar a ninguna. Con todæs en el putito corazón...




lunes, 7 de marzo de 2016

Pepa Natalia Gaitán [1982- 07 marzo 2010] Asesinada por Lesbofobia, Argentina




Nota de Prensa: La discriminación que también mata.

Natalia Gaitán tenía 27 años. Vivía en un barrio pobre de las afueras de la ciudad de Córdoba, trabajaba en un comedor popular alimentando a sus vecinos y estaba en pareja con una joven una década menor que ella. El sábado pasado fue fusilada a poco menos de cien metros de su casa. Por el crimen está acusado el padrastro de su novia. Ayer a la tarde, en un estado de descomposición muy avanzado, sus familiares enterraron sus restos en un cementerio local. Desde el domingo, el hombre está preso y, el lunes, el arma homicida fue secuestrada.

“No fue algo pasional ni algo loco, fue un crimen de género lisa y llanamente”, dijo con voz ronca Graciela Vázquez de Gaitán, la mamá de Natalia. Entre dolor y enojo, la mujer explicó que durante años su hija sufrió distintos maltratos y marginaciones debido a su condición sexual. (...) El asesinato de Natalia fue un fusilamiento.

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